La salud ocupacional no es responsabilidad exclusiva de la empresa. Los trabajadores cumplen un papel fundamental en la construcción de un entorno laboral seguro y saludable. Su participación activa asegura que las medidas de prevención funcionen de manera efectiva y que los riesgos se mantengan bajo control.
Uno de los aspectos más importantes es el cumplimiento de las normas de seguridad. Seguir los procedimientos establecidos, utilizar los equipos de protección personal (EPP) y respetar las señalizaciones son acciones básicas que reducen significativamente los accidentes en el trabajo.
La comunicación también es clave. Los trabajadores deben reportar inmediatamente cualquier situación de riesgo, accidente o condición insegura. Este feedback permite que la empresa actúe con rapidez, implementando medidas correctivas antes de que ocurra un problema mayor.
Asimismo, los colaboradores deben participar en las capacitaciones de seguridad y salud en el trabajo. Estas sesiones no solo fortalecen sus conocimientos, sino que también promueven una cultura de prevención compartida. Cuando los equipos entienden los riesgos y cómo evitarlos, se genera un ambiente laboral más seguro y colaborativo.
La Ley N.º 29783 de Seguridad y Salud en el Trabajo establece que el trabajador tiene derecho a negarse a realizar actividades que representen un peligro grave e inminente para su salud. Este derecho refuerza la importancia de su rol, otorgándoles poder de decisión para protegerse a sí mismos y a sus compañeros.
El trabajador no es un receptor pasivo de medidas de seguridad, sino un actor activo en la construcción de un entorno laboral seguro. Su compromiso diario es el complemento indispensable de las acciones empresariales.