¿Cuánto le cuesta a tu empresa no detectar a tiempo las enfermedades ocupacionales?
Las enfermedades ocupacionales no solo afectan la salud del trabajador, sino que también tienen un impacto directo y significativo en la productividad y rentabilidad de las empresas. Cuando no se detectan a tiempo, los costos ocultos comienzan a acumularse en diversas áreas: ausentismo, rotación, sanciones legales y deterioro del clima laboral. Por eso, invertir en prevención no es un gasto, sino una estrategia inteligente.
Uno de los impactos más evidentes es el absentismo laboral. Cuando un trabajador falta por motivos de salud relacionados al trabajo, la empresa asume no solo el pago de su salario, sino también la pérdida de producción, la sobrecarga en otros empleados y la posible necesidad de reemplazos temporales. Estudios señalan que el costo por empleado ausente puede alcanzar hasta US$3,600 anuales, sumando horas no trabajadas, reducción del rendimiento y cargas operativas adicionales.
Otro factor clave es la rotación de personal. En contextos donde las enfermedades ocupacionales no son gestionadas, los trabajadores tienden a renunciar o deben ser reemplazados por motivos de salud. Esto conlleva procesos de selección, capacitación y adaptación que pueden representar entre el 50% y el 200% del salario anual del trabajador reemplazado. Además, se pierde experiencia y conocimiento acumulado.
El incumplimiento de las normativas de salud y seguridad en el trabajo también genera multas importantes para las organizaciones. En el Perú, las sanciones pueden variar entre S/8430.90 y S/270,530, dependiendo de la gravedad de la infracción y del tamaño de la empresa. Estas multas, además de representar un golpe financiero, afectan la imagen institucional y pueden derivar en inspecciones recurrentes.
Más allá de las cifras directas, el deterioro del clima laboral es otro efecto silencioso pero perjudicial. Cuando los trabajadores sienten que su salud no es prioridad, disminuye su motivación, compromiso y confianza en la organización. Esto se traduce en una menor eficiencia operativa, más errores, conflictos internos y una cultura organizacional débil.
El problema se agrava porque muchas de estas enfermedades se desarrollan de forma progresiva y silenciosa. Lumbalgias, tendinitis, pérdida auditiva, fatiga crónica o estrés laboral no se detectan de inmediato, pero con el tiempo generan incapacidades, licencias médicas prolongadas y mayores costos médicos.
Por eso, implementar un sistema de vigilancia médica ocupacional, realizar evaluaciones periódicas y promover una cultura de prevención son acciones claves para proteger tanto a los colaboradores como a la empresa. En Seyso, ayudamos a las organizaciones a identificar estos riesgos antes de que se conviertan en problemas mayores.
Invertir en salud ocupacional no es solo una obligación legal, es una decisión estratégica que permite ahorrar miles de soles al año, mejorar la productividad y construir un entorno laboral saludable y sostenible. ¿Tu empresa ya está haciendo lo necesario para prevenir estas pérdidas?